Creo que esta ha sido una de las mejores clases de arte para niños que hemos tenido. Los abedules de Klimt es una obra perfecta para esta época del año, permite enseñar los colores cálidos del otoño: rojos, naranjas, amarillos, dorados, marrones…
Además han aprendido a dibujar con perspectiva, pintando los árboles más cercanos grandes y los que están más lejos más pequeños. Lo han entendido fenomenal y les ha resultado fácil de aplicar en esta obra.
Para empezar han pintado sobre una cartulina blanca el fondo con pequeñas pinceladas, simulando las hojas caidas en el suelo: puntos y rayas de distintos colores mezclándolos sobre el mismo papel. Tenían que conseguir que no hubiese zonas de color diferenciadas, sino que los colores estuviesen repartidos y mezclados, y además que no quedasen espacios en blanco. Una vez terminado dejámos que secase la témpera mientras trabajamos en los árboles.
Han dibujado los árboles sobre un papel blanco, y después los han recortado y pegado sobre nuestro fondo de hojas hecho con témpera. Árboles gordos y grandes y otros más pequeños, con ramas, pero todos sin hojas!
Para darle el toque final, una vez pegados los árboles los han repasado con ceras negras y les han dado el efecto de la sombra con rayitas negras y grises a los lados. El resultado es brillante, todos han quedado fenomenal.
Guau!!! Cada día mejor. Me están entrando ganas de apuntarme a tus clases, igual me puedo reconvertir, no??
Me gustaMe gusta
ES INCREIBLE LO QUE PUEDEN HACER FANTASTICO, SI PUDIERA IRIA APRENDER DE
LOS NIÑOS
Me gustaMe gusta
Qué maravilla!!! Quien fuera niño…..
Me gustaMe gusta